Nuestra estadía en Ecuador fue rápida a
comparación de cómo veníamos viajando, pero no por eso menos intensa. Le dedicamos un mes al trabajo en Puerto López y otro mes a recorrer un
poco el resto de los lugares que queríamos visitar. Nos quedamos impresionados
con la diversidad geográfica y cultural que se puede encontrar en este país, y
eso que no vimos todo. Pintorescas ciudades, hermosas sierras volcánicas, cascadas que llenan
de esperanza, nuestro debut en el agua marina caliente con sus playas
paradisíacas y eso sin contar la extraordinaria calidez de su gente. Nos
quedamos con ganas de mucho más y esperamos volver algún día no muy lejano. Por suerte la necesidad de apretar el acelerador fue por una linda
causa: en unos días nos visitan nuestros amigos y la mamá de Maru en tierras
colombianas para pasar sus vacaciones con nosotros.
Estamos inmensamente agradecidos a toda la gente del país del plátano
por recibirnos como lo hicieron y hacernos sentir como en casa, y sobre todo
por ayudarnos a afrontar nuestro primer desafío de ahorro para poder expandir
las fronteras de este viaje. Muchas gracias, Ecuador, ¡hasta pronto!
Los quiero! Estoy muy orgullosa de ustedes. Nos contagian a todos de vida, con sus aventuras, sus viajes y sus fotos.
ResponderBorrarCómo diría Serrat:
"Con las alas de tus cartas, José,
atravesé todos los cielos de América
contigo,
¡AMIGO!"
Los quiero, chicos.