El
Valle Sagrado en los andes peruanos fue uno de los lugares donde los incas
decidieron asentarse debido a las condiciones climáticas que les eran
favorables para la producción agrícola. En él se encuentran numerosos pueblos y
restos arqueológicos de la cultura andina.
Las
ruinas incas de Pisac funcionaban antiguamente como vivienda de los gobernantes
del lugar y como centro de textilería, donde la gente condenada por algún
delito estaba obligada a trabajar. La construcción se halla en la cima de la
montaña, la cual esta trabajada con andenes que servían tanto para cultivo como
para contener a la montaña ante un derrumbe o sismo.
La
fortaleza de Ollantaytambo con sus imponentes andenes era antiguamente un
centro militar, religioso y agrícola. En la montaña de enfrente a la fortaleza
se encuentran los depósitos de granos donde construyeron heladeras naturales:
con el uso de canales subterráneos mantenían siempre el piso húmedo y éste se
congelaba con los vientos helados del valle. Además tallaron en la montaña el
perfil de un inca en el lugar exacto que sale el sol en el solsticio del 21 de
junio.
En
Chinchero fuimos a visitar la iglesia que es el único vestigio que queda de la
cultura inca en el pueblo. Antiguamente allí estaba uno de los templos más
importantes: el templo a la Pachamama. Durante la conquista los incas fueron
esclavizados y obligados a destruirlo para luego construir encima de sus
cimientos la actual iglesia, la cual fue decorada con pinturas y cuadros por un
mestizo que escondió en sus obras algunos detalles referidos a la cultura
andina.
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