Choquequirao, en quechua “cuna de oro”, es uno de los
yacimientos arqueológicos más importantes de la época inca. La ciudadela
ubicada cerca del nevado Salkantay se conforma por varias plazas, terrazas de
cultivos, centros administrativos, viviendas, templos, colcas, canales y casas
sacerdotales, entre otros.
Se
cree que su principal función era religiosa aunque seguramente también
representó un importante observatorio para controlar el paso entre el Cusco y
la selva amazónica.
También
conocida como “la hermana sagrada de Machu Picchu” por su semejanza
estructural, cuenta con una superficie de 1810 hectáreas de las cuales hasta el
momento solamente se ha limpiado un 30%.
Actualmente la única forma de acceso es el camino que
comienza desde el pueblo de San Pedro de Cachora, que desciende hasta lo más
profundo del cañón del Apurímac y vuelve a subir del otro lado. Es un recorrido
de 64 km en total (32 de ida y 32 de vuelta) con 6000 metros de desnivel.
Lo
más lindo de la experiencia es notar cómo la ansiedad crece junto al
agotamiento y el kilometraje recorrido, ir entrando en contacto con la
naturaleza y acampando con vistas alucinantes durante varios días hasta llegar
al tan esperado lugar, uno de los últimos bastiones de la cultura inca donde
aún se respira una energía especial. Cansador para el cuerpo pero glorioso para
el alma.
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