sábado, 15 de octubre de 2016

¡Diacachimba!

El universo nicaragüense reúne  tres cualidades que nos resultaron muy interesantes: identidad, historia y naturaleza.

Desde el primer momento nos pareció un país muy auténtico y puro, cuyas antiguas costumbres sobrevivieron a la globalización y se conservan hasta hoy. Esto se ve en sus comercios, en sus transportes, en sus comidas típicas, en su no-consumismo. Se respira en el aire.

Además de esto, mientras recorríamos sus ciudades y hablábamos con su gente descubrimos la intensa historia que poseen estas tierras. Desde pintorescas ciudades coloniales y grandes personalidades artísticas como lo fue Rubén Darío y muchos otros poetas que se criaron en este país, hasta la Dinastía Somoza, la Revolución Sandinista y el fuerte espíritu político que se siente en las calles y en los medios de comunicación. Más allá de las posturas de cada bando, nos parece muy enriquecedor para una nación el hecho de que la política esté tan presente en los debates cotidianos.

En cuanto a la parte natural, nos quedamos asombrados con la cantidad de volcanes que hay en este país (muchos de ellos activos). También nos reencontramos con un lago inmenso después de mucho tiempo sin ver uno y vimos lava con nuestros propios ojos por primera vez en nuestras vidas.

Este combo sumado a su gente extremadamente amable y cordial con el extranjero resultó en experiencias que nunca vamos a olvidar. ¡Gracias por todo, Nica, hasta pronto!


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