lunes, 13 de abril de 2015

No existe adiós

Ayer en la plaza de Purmamarca había un grupo de lugareños bailando danzas típicas de la región. “Qué bueno estaría aprender”, decíamos mientras vimos que una chica que por su aspecto no parecía local, tomó coraje y se unió a la ronda.

Hoy después de haber subido al mirador panorámico del Cerro de los Siete Colores, volvimos al campamento por nuestras mochilas, saludamos a la dueña del lugar y nos arrastramos hacia la terminal de ómnibus. No terminé de decir “dos a Tilcara” cuando notamos que ella estaba ahí, la chica valiente de la plaza. El colectivo tardó en llegar, por lo que más allá del sol sofocante y por momentos molesto no quedó otra opción más que entablar una conversación con ella y otra chica que la acompañaba. “La idea es llegar a México”, dijeron. Nos tomamos el mismo micro pero ellas bajaron en Maimará. “Capaz nos volvemos a ver”, dijimos mientras agarraban su equipaje de mano. “Seguro, ya nos veremos”, respondieron. Al llegar a Tilcara notamos que ellas todavía estaban en los asientos delanteros del micro. “Vimos el pueblo y nos arrepentimos, mejor nos instalamos en Tilcara”.